Frente a la prueba no debemos tener miedo.
Aceptemos las cosas tal y como son, aunque no sean en absoluto como las habíamos previsto desarrollar en nuestras vidas.
Intentemos percibir en el corazón de esta prueba las llamadas que nos han sido dirigidas, los cambios que se nos han propuesto, y recibiremos la gracia para vivirlas.
Es esta actitud la que termina por convertir las cosas en positivas y permite que podamos crecer en cualquier circunstancia.
El paso que propongo no se obtiene por arte de magia, implica un trabajo en sí mismo, y es en este sentido en el que debemos avanzar, y creo que la pequeña Teresa estaría más que de acuerdo con esto.
Ella fue puesta a prueba muchas veces en su vida, y siempre supo recibir e intentar comprender lo que Dios le pedía a través de cada prueba.
Fragmento del capítulo n° 6 “superar la prueba” del libro “La confianza en Dios” de Jacques Phillippe.