Jesús dijo a sus discípulos: “En los días del Hijo del hombre sucederá como en tiempos de Noé. La gente comía, bebía y se casaba, hasta el día en que Noé entró en el arca y llegó el diluvio, que los hizo morir a todos.
Sucederá como en tiempos de Lot: se comía y se bebía, se compraba y se vendía, se plantaba y se construía. Pero el día en que Lot salió de Sodoma, cayó del cielo una lluvia de fuego y de azufre que los hizo morir a todos.
Lo mismo sucederá el Día en que se manifieste el Hijo del hombre. En ese Día, el que esté en la azotea y tenga sus cosas en la casa, no baje a buscarlas. Igualmente, el que esté en el campo, no vuelva atrás. Acuérdense de la mujer de Lot.
El que trate de salvar su vida, la perderá; y el que la pierda, la conservará. Les aseguro que en esa noche, de dos hombres que estén comiendo juntos, uno será llevado y el otro dejado; de dos mujeres que estén moliendo juntas, una será llevada y la otra dejada”. Entonces le preguntaron: «¿Dónde sucederá esto, Señor?»
Jesús les respondió: “Donde esté el cadáver, se juntarán los buitres”.
Palabra de Dios
P. Nicolás Retes sacerdote de la Arquidiócesis de Buenos Aires
¡Queridos amigos de Oleada Joven!
El evangelio de este Viernes, 17 de Noviembre, nos presenta, ¡Bueno! ya una situación que nos habla del fin de los tiempos.
El evangelista San Lucas, relata aquí, como sucedía en los tiempos de Lot, que se compraba, que se vendía, que se plantaba, que se construía, es decir: en medio de las actividades ordinarias.
¡Cuando menos lo esperemos, el Hijo del hombre, es decir Jesucristo, se va a manifestar! A esto llamamos ya, el último día. Este evangelio tiene un tinte escatologico, es decir hace, referencia al fin de los tiempos. Por eso nos invita a estar preparados, a estar despiertos para la venida del Señor.
¿Qué sería esto en un lenguaje más cercano,estar despiertos, estar preparados en el corazón anestesiado?
-Bueno, significa que, nuestros asuntos esten en orden, que no nos olvidemos de vivir haciendo obras de caridad, de ayudar a los que más necesitan, a tener un trato con todos, un trato cristiano, movido por por la ley del Amor¿no? por supuesto a Dios y a nuestros hermanos.
Es de allí, que el que intente salvar su vida, con sus propios medios, claro que no va a poder. SIEMPRE hay que confiar en la Gracia, en la Misericordia de Dios.
Él es el que nos regala la salvación, nos sostiene y nos va por supuesto, a regalar, la vida eterna.
Confiemos, más que en nuestras obras, en lo que nosotros podamos hacer, siempre en la ayuda de la Gracia, la ayuda que viene de Dios.