Jesús enseñó con una parábola que era necesario orar siempre sin desanimarse: “En una ciudad había un juez que no temía a Dios ni le importaban los hombres; y en la misma ciudad vivía una viuda que recurría a él, diciéndole: ‘Te ruego que me hagas justicia contra mi adversario’.
Durante mucho tiempo el juez se negó, pero después dijo: ‘Yo no temo a Dios ni me importan los hombres, pero como esta viuda me molesta, le haré justicia para que no venga continuamente a fastidiarme'”.
Y el Señor dijo: “Oigan lo que dijo este juez injusto.
Y Dios, ¿no hará justicia a sus elegidos, que claman a él día y noche, aunque los haga esperar?
Les aseguro que en un abrir y cerrar de ojos les hará justicia. Pero cuando venga el Hijo del hombre, ¿encontrará fe sobre la tierra?”.
Palabra de Dios
P. Gustavo Gatto sacerdote de la Diócesis de Villa María
Hoy celebramos la dedicación de la Basílica de San Pedro y San Pablo.
En el evangelio , Jesús nos invita a través de una parábola a rezar siempre sin desanimarnos.
¿Es posible vivir rezando y tener una oración permanente?
San Agustín decía que Sí y que la oración permanente es la oración del corazón , del deseo y la pasión.
Y en esta actitud de la pasión , que lindo ejemplo el de Pedro y Pablo, dos apasionados por el Reino, apasionados por llevar el mensaje y la vida de Jesús.
Con estilos y misiones diferentes, pero con la misma pasión, hasta “Dar la Vida”.
¡Que tengas un hermoso fin de semana y una generosa Jornada Mundial por los pobres!