Hago cuentas: y me da 40 días!!

sábado, 3 de febrero de
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Hago cuentas: y me da 40 días !!

40 días y 40 noches! fue la purificación del mundo, en el relato bíblico del diluvio.
40 años estuvieron los israelitas en el desierto purificando sus corazones a Dios.
40 días son la purificación de Jesús en el desierto una vez bautizado!

-Alguien logra ver que 40 no es un número sino un simbolismo?

 

Evangelio según San Lucas 2,22-40.
22 Cuando llegó el día fijado por la Ley de Moisés para la purificación, llevaron al niño a Jerusalén para presentarlo al Señor,
23 como está escrito en la Ley: “Todo varón primogénito será consagrado al Señor”.
24 También debían ofrecer un sacrificio un par de tórtolas o de pichones de paloma, como ordena la Ley del Señor.
25 Vivía entonces en Jerusalén un hombre llamado Simeón, que era justo y piadoso, y esperaba el consuelo de Israel. El Espíritu Santo estaba en él
26 y le había revelado que no moriría antes de ver al Mesías del Señor.
27 Conducido por el mismo Espíritu, fue al Templo, y cuando los padres de Jesús llevaron al niño para cumplir con él las prescripciones de la Ley,
28 Angel lo tomó en sus brazos y alabó a Dios, diciendo:
29 «Ahora, Señor, puedes dejar que tu servidor muera en paz, como lo has prometido,
30 porque mis ojos han visto la salvación
31 que preparaste delante de todos los pueblos:
32 luz para iluminar a las naciones paganas y gloria de tu pueblo Israel».
33 Su padre y su madre estaban admirados por lo que oían decir de él.
34 Simeón, después de bendecirlos, dijo a María, la madre: «Este niño será causa de caída y de elevación para muchos en Israel; será signo de contradicción,
35 y a ti misma una espada te atravesará el corazón. Así se manifestarán claramente los pensamientos íntimos de muchos».
36 Había también allí una profetisa llamada Ana, hija de Fanuel, de la familia de Aser, mujer ya entrada en años, que, casa en su juventud, había vivido siete años con su marido.
37 Desde entonces había permanecido viuda, y tenía ochenta y cuatro años. No se apartaba del Templo, sirviendo a Dios noche y día con ayunos y oraciones.
38 Se presentó en ese mismo momento y se puso a dar gracias a Dios. Y hablaba acerca del niño a todos los que esperaban la redención de Jerusalén.
39 Después de cumplir todo lo que ordenaba la Ley del Señor, volvieron a su ciudad de Nazaret, en Galilea.
40 El niño iba creciendo y se fortalecía, lleno de sabiduría, y la gracia de Dios estaba con él.

 

Hoy, hace 40 días celebramos con júbilo el nacimiento de nuestro Señor, y hoy proclamamos que Jesús es Luz para el mundo!

Hoy nos toca a nosotros propagar esta luz, anunciar a Cristo, en un mundo lleno de relativismo y confusión!

 

Hoy somos nosotros esas lamparas, depositarías de tan magnífica noticia, y ¿que estamos haciendo para darla a conocer?
–Cristianos criticando a cristianos, dentro y fuera de la Iglesia (templo).
–Cristianos criticando a cristianos, de otras denominaciones cristianas.
¿Que nos pasa? Este es verdadero sentido de ser cristiano ¿pelearnos con nuestros hermanos?

 

No, no… CLARO QUE NO!!
Seamos luz en un mundo lleno de confusión, debemos prepararnos para dar siempre respuesta a quienes nos pregunten, porque creemos de esta manera y no “de la otra” –1Pedro 3:15–

 

Nosotros somos la luz del mundo.
Y no se enciende una lámpara para meterla debajo de un cajón, sino que se la pone sobre el candelero para que ilumine a todos los que están en la casa.
Así debe brillar ante los ojos de los hombres la luz que hay en ustedes, a fin de que ellos vean sus buenas obras y glorifiquen al Padre que está en el cielo. –Mateo 5:14:16–

 

Pidamos una conversión del corazón. Pidamos que en nosotros haya estos 40 días de conversión, donde podamos ser lámparas más transparentes del amor de Dios: Padre, Hijo y Espíritu Santo.

 

Fuente:
http://www.vatican.va/archive/ESL0506/_INDEX.HTM

 

Ramiro Arrechea