Una fe como la de Simeón

sábado, 3 de febrero de
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Hoy quiero una fe como la de Simeón, Señor.

La fe de un alma que no esté en paz hasta encontrarte y ver Tu rostro.

Y que no necesite más que encontrarte por primera vez para sentirme lista para ir eternamente a Tu lado.

Deseo, al igual que Simeón, poder escuchar la voz de Tu Espíritu para, así, seguirla.

Y también la confianza y la obediencia para comprender que, a donde Tu voz me guíe, no tendré que temer.

Amén

 

(Reflexión a partir de Lc 2,22-40)

Vicky Carreño