Evangelio según San Mateo 9,14-15

jueves, 15 de febrero de
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Se acercaron a Jesús los discípulos de Juan y le dijeron: “¿Por qué tus discípulos no ayunan, como lo hacemos nosotros y los fariseos?”. Jesús les respondió: “¿Acaso los amigos del esposo pueden estar tristes mientras el esposo está con ellos? Llegará el momento en que el esposo les será quitado, y entonces ayunarán.

 

 

Palabra de Dios

 

 

 

 

 

 

 


 P. Nicolás Retes sacerote de la Arquidiócesis de Buenos Aires

 

¡Queridos amigos de Oleada Joven! Comenzamos este tiempo apasionante de la cuaresma, tiempo especial de convertir el corazón, de acercarnos más al Señor.

 

Y el texto que escuchábamos recién de la liturgia de este Viernes 16 de Febrero, nos habla de algunos consejos de Jesús para acercarnos a nuestro Padre.

 

Y sin duda uno de ellos es: EL SECRETO, el no ser visto. Esta idea de “que no se note” las buenas obras que estamos realizando.Habla de ayunar, habla de la oración y habla también justamente de las obras de caridad, se refiere a la limosna en este caso concreto.

 

Es decir, hacer todas estas actividades piadosas, no para la tribuna sino para el Padre que ve en lo secreto.

No predicar sería esto, nuestra propia justicia delante de los hombres.

1. En primer lugar porque sin duda a Dios le agrada que lo hagamos en lo oculto, sin ser notado.

2. Y en segundo lugar, porque como dice Teresita de Lisieux:“Nuestra justicia muchas veces, por no decir casi siempre es como un trapo sucio “

y por lo tanto, como que, si le podemos ofrecerle al Señor todo lo que tenemos pero, no desde el punto de vista de la perfección, sino también desde nuestras debilidades, nuestras miserias, desde aquello que nos falta, de nuestra imperfección.
Y esto es lo que agrada a Dios: “un corazón humilde que le presenta todo lo que tiene, los aciertos, los desaciertos”.

 

Por eso en este tiempo, que nos regala la Iglesia, que empezamos el Miércoles de cenizas y que ya estamos viviendo la cuaresma, no bajemos los brazos.

Acerquémonos con confianza al Señor que nos puede sanar, nos puede curar y prepararnos para vivir una vida mucho mejor.

Una vida con intensidad.

Una vida que realmente tiene un sentido, una misión, que es: Anunciarlo a Jesucristo.Y algún día recibir el premio eterno, que es, la gloria de poder participar de la eternidad con el Señor.

 

 

Oleada Joven