Evangelio según San Mateo 21,33-43.45-46

miércoles, 28 de febrero de
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Jesús dijo a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo: «Escuchen otra parábola: Un hombre poseía una tierra y allí plantó una viña, la cercó, cavó un lagar y construyó una torre de vigilancia. Después la arrendó a unos viñadores y se fue al extranjero. Cuando llegó el tiempo de la vendimia, envió a sus servidores para percibir los frutos. Pero los viñadores se apoderaron de ellos, y a uno lo golpearon, a otro lo mataron y al tercero lo apedrearon.

El propietario volvió a enviar a otros servidores, en mayor número que los primeros, pero los trataron de la misma manera. Finalmente, les envió a su propio hijo, pensando: “Respetarán a mi hijo”.

Pero, al verlo, los viñadores se dijeron: “Este es el heredero: vamos a matarlo para quedarnos con su herencia”. Y apoderándose de él, lo arrojaron fuera de la viña y lo mataron.

Cuando vuelva el dueño, ¿qué les parece que hará con aquellos viñadores?».
Le respondieron: «Acabará con esos miserables y arrendará la viña a otros, que le entregarán el fruto a su debido tiempo.»

Jesús agregó: «¿No han leído nunca en las Escrituras: La piedra que los constructores rechazaron ha llegado a ser la piedra angular: esta es la obra del Señor, admirable a nuestros ojos? Por eso les digo que el Reino de Dios les será quitado a ustedes, para ser entregado a un pueblo que le hará producir sus frutos.»

Los sumos sacerdotes y los fariseos, al oír estas parábolas, comprendieron que se refería a ellos. Entonces buscaron el modo de detenerlo, pero temían a la multitud, que lo consideraba un profeta.

 

 

Palabra de Dios

 

 

 


 

P. Nicolas Retes sacerdote de la Arquidiócesis de Buenos Aires. Colabora en el equipo de Pastoral Vocacional de Buenos Aires y en la Universidad Católica Argentina

 

 

 

La parábola que acabamos de escuchar queridos amigos de Oleada Joven nos presenta el relato de la historia del pueblo de Israel que: No reconoce a los enviados por Dios y finalmente no reconoce a Jesucristo, el hijo por El Padre.

Finalmente, como dice el texto y nosotros conocemos la historia, lo terminan matando.¿Qué hicieron entonces con este reino?

-Se desviaron con el proyecto que Dios es habia presentado.No reconoce al autor de la vida.No han querido seguir la voluntad de Dios.

 

Nos podemos preguntar nosotros, a través de esta parábola entonces: ¿Cómo realizamos el trabajo de cada día en la construcción del reino?¿Cómo somos realmente? Si ¿cooperamos para que el reino crezca? O simplemente ¡nos quejamos! Decimos las cosas que no nos gustan, pero no nos ocupamos de cambiar la realidad para bien. No tratamos de crecer día a día en lo que nos pide El Señor.

 

A la luz de esta parábola, examinemos entonces queridos jóvenes nuestras conciencias para ver cómo podemos seguir avanzando en el seguimiento de Jesús.

 

 

Oleada Joven