Oración de la noche

sábado, 3 de marzo de

 

Oración del creyente que repite su certeza:

Dios protege al que confía en él.

Tú que habitas al amparo del Altísimo y resides a la sombra del Omnipotente, dile al Señor:

Mi amparo, mi refugio, mi Dios,en quien yo pongo mi confianza.

Él te librará del lazo del cazador y del azote de la desgracia;

te cubrirá con sus plumas y hallarás bajo sus alas un refugio. 

No temerás los miedos de la noche ni la flecha disparada de día,

ni la peste que avanza en las tinieblas, ni la plaga que azota a pleno sol. 

Aunque caigan mil hombres a tu lado y diez mil, a tu derecha,

tú estarás fuera de peligro: su lealtad será tu escudo y armadura.

Basta que mires con tus ojos y verás como se le paga al impí. Pero tú dice:

Mi amparo es el Señor, tú has hecho del Altísimo tu asilo. 

La desgracia no te alcanzará ni la plaga se acercará a tu tienda:

pues a los ángeles les ha ordenado que te escolten en todo tus caminos. 

En sus manos te habrán de sostener para que no tropiece tu pie en alguna piedra;

andarás sobre víboras y leones y pisarás cachorros y dragones. 

Pues a mí se acogió, lo libraré, lo protegeré, pues mi Nombre conoció.

Si me invoca, yo le responderé, y en la angustia estaré junto a él, lo salvaré, le rendiré honores.

Alargaré sus días como le desea y haré que pueda ver mi salvación. 

Salmo 91

Sana mis heridas Señor, sana mi alma y mi corazón que son tuyos.

Ana Tomicich