Evangelio según San Marcos 12,28b-34

viernes, 9 de marzo de
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Un escriba se acercó a Jesús y le preguntó: «¿Cuál es el primero de los mandamientos?».

 

Jesús respondió: “El primero es: Escucha, Israel: el Señor nuestro Dios es el único Señor; y tú amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón y con toda tu alma, con todo tu espíritu y con todas tus fuerzas. 

 

El segundo es: Amarás a tu prójimo como a tí mismo. No hay otro mandamiento más grande que estos”. 

 

El escriba le dijo: “Muy bien, Maestro, tienes razón al decir que hay un solo Dios y no hay otro más que él, y que amarlo con todo el corazón, con toda la inteligencia y con todas las fuerzas, y amar al prójimo como a sí mismo, vale más que todos los holocaustos y todos los sacrificios”. 

 

Jesús, al ver que había respondido tan acertadamente, le dijo: “Tú no estás lejos del Reino de Dios”. Y nadie se atrevió a hacerle más preguntas. 

 

 

Palabra de Dios

 


 

P. Nicolás Retes sacerdote de la Arquidiócesis de Buenos Aires

 

 

El escriba que nos presenta la Palabra de Dios, le hace una pregunta importantísima a Jesús, una pregunta central:

 

¿Cúal es el primero de los mandamientos?

 

Y más importante aún es la respuesta que da El Señor.

 

Habla de responder con todo:

  • Con todo lo que tenemos.
  • Con todo lo que hemos recibido.

 

Y Dios es así, nos da muchos, pero también nos pide TODO. Que entreguemos todo lo que tenemos, y ahí es cuando empezamos realmente a ganar. Cuando uno pierde, y ahí la paradoja del reino de Dios, es cuando gana.

 

Ese amor es lo que da sentido, a nuestras vidas, ese amor de la entrega, poder entregarle todo a Dios.

 

Quedarnos con la conciencia tranquila:

  • Que hemos hecho todo lo posible para ayudar
  • Que hemos hecho todo lo posible para cooperar con el crecimiento del reino de Dios.

 

El mejor sacrificio, dice el texto, en definitiva que podemos hacer es ofrecer nuestra vida con todo. ¡Con todo nuestro corazón!

 

Hemos sido creados por amor, por Dios y El Señor nos pide “ALGO” de ese amor que nos ha dado como respuesta: como SÍ (positivo) frente a los distintos caminos que se

abren en este mundo.

 

¿Esto cómo sería?

-Bueno, es tratar de transformar, de convertir la realidad que nos rodea, que se nos presenta cada día llenando cada momento con amor .

 

No alcanza simplemente con una actitud positiva, se trata de amar. Amar hasta el final, amar hasta que duela dirá la Madre Teresa, en definitiva esa es nuestra misión.

 

Que el Señor nos permita discernir, tomar conciencia darnos cuenta de que misión tan grande nos ha encomendado y que podamos llevarla a cabo con la gracia de Dios. 

 

 

Oleada Joven