Evangelio según San Juan 5,31-47

miércoles, 14 de marzo de
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Jesús dijo a los judíos: Si yo diera testimonio de mí mismo, mi testimonio no valdría. Pero hay otro que da testimonio de mí, y yo sé que ese testimonio es verdadero. Ustedes mismos mandaron preguntar a Juan, y él ha dado testimonio de la verdad. No es que yo dependa del testimonio de un hombre; si digo esto es para la salvación de ustedes. Juan era la lámpara que arde y resplandece, y ustedes han querido gozar un instante de su luz. Pero el testimonio que yo tengo es mayor que el de Juan: son las obras que el Padre me encargó llevar a cabo. Estas obras que yo realizo atestiguan que mi Padre me ha enviado.

Y el Padre que me envió ha dado testimonio de mí. Ustedes nunca han escuchado su voz ni han visto su rostro, y su palabra no permanece en ustedes, porque no creen al que él envió. Ustedes examinan las Escrituras, porque en ellas piensan encontrar Vida eterna: ellas dan testimonio de mí,
y sin embargo, ustedes no quieren venir a mí para tener Vida. Mi gloria no viene de los hombres. Además, yo los conozco: el amor de Dios no está en ustedes. He venido en nombre de mi Padre y ustedes no me reciben, pero si otro viene en su propio nombre, a ese sí lo van a recibir.

¿Cómo es posible que crean, ustedes que se glorifican unos a otros y no se preocupan por la gloria que sólo viene de Dios? No piensen que soy yo el que los acusaré ante el Padre; el que los acusará será Moisés, en el que ustedes han puesto su esperanza. Si creyeran en Moisés, también creerían en mí, porque él ha escrito acerca de mí. Pero si no creen lo que él ha escrito, ¿cómo creerán lo que yo les digo?”.

 

 

Palabra de Dios

 

 

 

 

 


P. David Pintos 

 

 

 

En el Evangelio de hoy el Señor es muy claro con su mensaje al decirnos que muchas veces su presencia, su obra, sus acciones siempre nos toca pero nosotros somos demasiado incrédulos y no le creemos. Dios hace tanto por nosotros en todo momento y nosotros no le creemos y le somos indiferentes. Inclinamos nuestro corazón en personas o cosas poniéndolas por encima de Dios. Nos resistimos a Dios duramente porque no queremos su vida conformandonos con tan poco y que no nos dan felicidad verdadera.

Y así muchas cosas… un Dios que se desvíve por nosotros y nosotros nada, no reaccionamos. ¿Dios se va a cansar? No, porque El nunca se cansa de buscarnos, nunca se cansara de nosotros. ¿Y si de una vez por todas nos abrimos realmente a la Gracia de Dios? ¿Y si de una vez por todas nos entregamos totalmente a Él? ¿Y si de una vez por todas dejamos las resistencias y le somos dóciles? ¿Y si de una vez por todas amamos a Dios por encima de todo?

Que Dios nos de la fuerza de voluntad de entregarnos totalmente a él sin reservas.

Que tengan una bendecida jornada.

 

Oleada Joven