Que sus palabras te sigan animando.
Que sus gestos te conmuevan con hondura.
Que su mirada vuelva a cautivarte.
Que sus manos te despierten a la solidaridad.
Que sus pies te agilicen en el seguimiento.
Que su voz resuene clara y contundente.
Que sus actitudes te desafían a vivirlas.
Que su estilo de vida se grabe a fuego en tu memoria.
Que su misericordia configure tu corazón.
Que su fidelidad sea garantía de la tuya.
Que su amor por los más pobres te desinstale y apasione.
Que su sencillez te invite a la simpleza en lo cotidiano.
Que su perdón te recree en la esperanza que no defrauda.
Padre Ariel Cattaneo. CSsR