Esta película es la secuela de una de las comedias más aclamada por la crítica, una vez más la divertida familia Portokalos nos hará reír y emocionar con su particular forma de ser.
Toula (Nia Vardalos) e Ian (John Corbett) ya llevan 15 años de casados y ahora les toca lidiar con su hija Paris (Elena Kampouris) que ha crecido y quiere irse a una Universidad lejos de la familia. Por otra parte la familia descubre un secreto: el sacerdote que ofició en Grecia la boda de los padres de Toula se olvidó de firmar el papeleo, por lo que realmente Maria (Lainie Kazan) y Gus (Michael Constantine) no están casados. Así que otra nueva boda está en camino.
AMAR ES CONFIAR
Toula (Nia Vardalos) e Ian (John Corbett) quieren lo mejor para su hija y aunque dicen amarla parecen no confiar en ella y en los valores que como padres le han transmitido. Ellos buscan influir en su elección universitaria para que ella se quede con ellos en la misma ciudad, aunque los deseos de esta sean otros. Esta situación suele darse a menudo en la vida en nuestra relación con Dios, decimos amarlo pero nos cuesta confiar del todo en El, en nuestra inseguridad humana queremos tener todo bajo control y parece que el “que se haga tu voluntad” que rezamos en el Padrenuestro fuera solo una frase más. Como aquellos padres que quieren tener a su hija cerca, nosotros también queremos tener todo a nuestro alcance, dudando, caminamos temerosos como Pedro en el mar de Galilea (Mt 14, 22-36) pero levantemos la mirada, ahí está Jesús tendiendo su mano, diciéndote con voz dulce “confia”.
“EL AMOR DESPUES DEL AMOR”
Maria y Gus después de tantos años de casados descubren que en realidad no lo están, el hombre quiere arreglar esto rápido y le pide a su sacerdote que lo haga lo antes posible, he aquí cuando ella se opone y se replantea ¿casarse de nuevo? ¿para qué? Si bien las situaciones son cómicas y pintorescas, el planteo de la mujer no parece loco, por muchos años su matrimonio, la familia, la casa, todo, de repente parece ser algo que sin querer fue pasando, como costumbre, como lo correcto y esto hace que ella quiera reconsiderar hasta las pequeñas cosas como el “pedido de casamiento”. Cuantas cosas ya hacemos por costumbre, porque es correcto, porque “hay que hacerlas”, nos hemos automatizado y perdemos de vista lo esencial, lo más importante, lo que Maria y Gus se darán cuenta a lo largo de película, aquello que hizo que todo funcionara y tuviera sus frutos: el Amor.
A medida que pasan las situaciones ambos se dan cuenta que esa numerosa y unida familia es uno más de los logros que ha tenido su matrimonio, que a veces faltaron palabras pero que siempre sobro el amor. Como ellos, de vez en cuando miremos para atrás, aquellos momentos en los que le dijimos “si” al Señor con alegría y confianza en cualquier aspecto de nuestra vida y pidámosle a El que nos ayude a renovarlo siempre.
TRAILER:
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