En seguida los fariseos salieron y se confabularon para buscar la forma de acabar con él. Al enterarse de esto, Jesús se alejó de allí. Muchos lo siguieron, y los curó a todos. Pero él les ordenó severamente que no lo dieran a conocer, para que se cumpliera lo anunciado por el profeta Isaías: Este es mi servidor, a quien elegí, mi muy querido, en quien tengo puesta mi predilección. Derramaré mi Espíritu sobre él y anunciará la justicia a las naciones.
No discutirá ni gritará, y nadie oirá su voz en las plazas. No quebrará la caña doblada y no apagará la mecha humeante, hasta que haga triunfar la justicia; y las naciones pondrán la esperanza en su Nombre.
Palabra de Dios
P. Gustavo Gatto sacerdote de la Diócesis de Villa María
El evangelio de Mateo dice, que los fariseos se reunieron entre ellos para planear la muerte de Jesús. El evangelio se referencia en este contexto histórico y político de nuestra Patria y nos llama a la reflexión y al compromiso.
Cómo también hoy, muchos se reúnen, se organizan para favorecer la cultura de la muerte, en muchas de sus expresiones. Quizás está cuestión de la legalización del aborto sea la expresión más acabada de esta cultura de la muerte. Pero cuantos de los esfuerzos que hacemos , no son para favorecer la Vida, sino para favorecer la cultura del descarte.
Nosotros como discípulos de Jesús, estamos llamados a unir todos los esfuerzos, poner lo mejor de nosotros para que, cada una de nuestras decisiones, de nuestros actos , de nuestros compromisos, para defender la vida .