Evangelio según San Juan 15, 4 – 10

viernes, 10 de agosto de

Permanezcan en mí, como yo en ustedes. Lo mismo que el sarmiento no puede dar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid; así tampoco ustedes si no permanecen en mí. Yo soy la vid; ustedes los sarmientos. El que permanece en mí y yo en él, ése da mucho fruto; porque separados de mí no pueden hacer nada. Si alguno no permanece en mí, es arrojado fuera, como el sarmiento, y se seca; luego los recogen, los echan al fuego y arden. Si permanecen en mí, y mis palabras permanecen en ustedes pidan lo que quieran y lo conseguiran.

 

La gloria de mi Padre está en que den mucho fruto, y sean mis discípulos. Como el Padre me amó, yo también los he amado a ustedes; permanezcan en mi amor. Si guardan mis mandamientos, permanecen en mi amor, como yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor.

 

 

Palabra de Dios

 

 

 

 


P. Gustavo Gatto sacerdote de la Diócesis de Villa María – Córdoba

 

 

 

 

En el evangelio de hoy, Jesús nos invita a la fe. Dice, que si tenemos Fe como un grano de mostaza, le diríamos a una montaña que se mueva, ella lo haría.

 

Lo importante es que reflexionemos en la fe como confianza, la fe como ilumina nuestra vida, la fe como un don y respuesta de un Dios que nos ama y que quiere involucrarse en nuestra vida.

 

Las personas que tienen fe, nada malo les puede suceder y cuando aparece el sufrimiento, la enfermedad, la muerte ,el fracaso en nuestra vida, nos sentimos abandonados por Dios. Que lindo es descubrir, que la fe es la apertura a la experiencia de amor con un Dios que precisamente nos hace convencer que, pase lo que nos pase en nuestra vida nunca dejará de sostenernos.

 

Cuando nuestra fe es así, podemos hacer cualquier cosa, sos capaces de atravesar las peores situaciones, porque siempre le encontraremos sentido a nuestra vida y ese sentido siempre será una esperanza hacia un Dios que, nos promete la vida y la felicidad eterna.

 

¡Que tengas un hermoso fin de semana!

 

 

Oleada Joven