Una vez más me pasa que no te entiendo Jesús, me pasa mirarte y preguntarte “¿Hasta cuando tengo que seguir esperando? ¿Como hago para darme cuenta de lo que me mostras día a día? ¿Para discernir, para aprender? “.
Es que usualmente las cosas no salen como quiero, y por más que te cuento como me gustaría que sean, a veces pasa todo lo contrario. Y creo que son esos momentos, en los que con más fuerza le pido a Mamá María que me ayude a decirte “Hagase en mí”, aunque me duela, aunque no lo entienda.
Me vuelve la frase que dice “los tiempos de Dios, no son los mismos que los nuestros” y por eso necesito de tu amor para poder aceptar y abrazar mi hoy, cada parte de mi realidad. Confiando en que todo llega a su tiempo, y que vos sabes de mis sueños y deseos y que se qué en algun momento voy a comprender los “para qué” y los “porque”.
Sólo te pido que camines a mi lado, que no me dejes sola en los momentos de incertidumbre y nostalgia, y que siempre sea tu amor el que me envuelva y me vuelva llenar, el que me da alegría y se lleva mis tristezas, el que me enseña a amar mis circunstancias y florecer en donde estoy plantada. Por eso una vez más te digo: “¡Dame tu amor, dame tu gracia, que estas me bastan!”