Regresaron los 72 alegres, diciendo: «Señor, hasta los demonios se nos someten en tu nombre.» El les dijo: «Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo. Miren, les he dado el poder de pisar sobre serpientes y escorpiones, y sobre todo poder del enemigo, y nada les podrá hacer daño; pero no se alegren de que los espíritus se les sometan; alegrense de que sus nombres estén escritos en los cielos.» En aquel momento, se llenó de gozo Jesús en el Espíritu Santo, y dijo: «Yo te bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a sabios e inteligentes, y se las has revelado a pequeños. Sí, Padre, pues tal ha sido tu beneplácito. Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce quién es el Hijo sino el Padre; y quién es el Padre sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar.» Volviéndose a los discípulos, les dijo aparte: «¡Dichosos los ojos que ven lo que ven! Porque les digo que muchos profetas y reyes quisieron ver lo que ustedes, pero no lo vieron, y oír lo que ustedes oyen, pero no lo oyeron.»
Palabra de Dios
P. Gustavo Gatto sacerdote de la Diócesis de Villa María, Córdoba
“Te alabo Padre, tu que has escondido estas cosas a los sabios y se la has revelado a los pequeños, dice Jesús”.Y en tiempos de sínodo de los jóvenes, que lindo es descubrir que los jóvenes son estos pequeños de los que habla el evangelio.
A aquellos jóvenes son los que tenemos que escuchar para poder descubrir la palabra y lo que Dios tiene para decirnos.Que lindo descubrir que los jóvenes tienen algo para decirnos de Dios a nosotros, que no son sólo objetos de la evangelización sino que son sujeto, son un lugar teológico, que son un lugar de la revelación.Por eso este evangelio, a la luz del sínodo de los jóvenes que estamos viviendo como Iglesia acompañando a nuestros obispos en la oración.
“Te alabo Padre porque has revelado tu palabra a los pequeños y se la has escondido a los poderosos d la tierra.
¡Bendecido fin de semana!