Jesús dijo a sus discípulos: “Supongamos que alguno de ustedes tiene un amigo y recurre a él a medianoche, para decirle: ‘Amigo, préstame tres panes,porque uno de mis amigos llegó de viaje y no tengo nada que ofrecerle’,y desde adentro él le responde: ‘No me fastidies; ahora la puerta está cerrada, y mis hijos y yo estamos acostados. No puedo levantarme para dártelos’. Yo les aseguro que aunque él no se levante para dárselos por ser su amigo, se levantará al menos a causa de su insistencia y le dará todo lo necesario.
También les aseguro: pidan y se les dará, busquen y encontrarán, llamen y se les abrirá.Porque el que pide, recibe; el que busca, encuentra; y al que llama, se le abre. ¿Hay entre ustedes algún padre que da a su hijo una piedra cuando le pide pan? ¿Y si le pide un pescado, le dará en su lugar una serpiente? ¿Y si le pide un huevo, le dará un escorpión? Si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡cuánto más el Padre del cielo dará el Espíritu Santo a aquellos que se lo pidan!”.
Palabra de Dios
P. David Pintos sacerdote de la Diócesis de San Ramón de la Nueva Orán
En el Evangelio de hoy el Señor nos sigue enseñando sobre la oración , sobre cómo debemos orar. Y más que nada nos enseña que la oración debe ser confiada e insistente. Cuando necesitemos algo no tenemos que dudar de pedir lo que nos hace falta, y tenemos que hacerlo con insistencia y en cualquier momento. Siempre es oportuno para pedir en la oración. Basta con que cuando pidamos en la oración lo hagamos con insistencia y confiados en saber que vamos a alcanzar aquello que pedimos.
Orar, orar con el corazón, pedir con el corazón. No tengamos miedo en pedir lo que necesitemos a nuestro Padre Dios en la oración, que seguro nos escucha y nos da lo que necesitemos.
San Juan de la Cruz nos dice “Se alcanza de Dios, como de él se espera” y Santa Teresita nos enseña también que “la oración es como una Reina que en todo momento tiene acceso al Rey y que alcanza todo aquello que le pida”.
Jesús nos dice que Dios es buen Papá que ama a sus hijos y que da generosamente a los que le piden.
¿Pensas que Dios es un buen Papá y que siempre nos da siempre lo que nos hace falta? ¿Cuántas veces en tu vida experimentaste la bondad de Dios? ¿Cómo es tu oración hacia Dios? ¿Tu oración es confiada e insistente? ¿Qué pasa cuando sentís que tu oración a sido escuchada? Porque seguramente muchas veces Dios escuchó tus oraciones y eso te ayudo a crecer más en confianza con él.
Hoy pidamos en la oración crecer más en la confianza y en la insistencia sabiendo que se alcanza como se pide.