Jesús decía a sus discípulos:
“Gánense amigos con el dinero de la injusticia, para que el día en que este les falte, ellos los reciban en las moradas eternas.
El que es fiel en lo poco, también es fiel en lo mucho, y el que es deshonesto en lo poco, también es deshonesto en lo mucho. Si ustedes no son fieles en el uso del dinero injusto, ¿quién les confiará el verdadero bien? Y si no son fieles con lo ajeno, ¿quién les confiará lo que les pertenece a ustedes?
Ningún servidor puede servir a dos señores, porque aborrecerá a uno y amará al otro, o bien se interesará por el primero y menospreciará al segundo. No se puede servir a Dios y al Dinero”.
Los fariseos, que eran amigos del dinero, escuchaban todo esto y se burlaban de Jesús.
El les dijo: “Ustedes aparentan rectitud ante los hombres, pero Dios conoce sus corazones. Porque lo que es estimable a los ojos de los hombres, resulta despreciable para Dios.”
Palabra de Dios
P. Gustavo Gatto sacerdote de la Diócesis de Villa María
Al evangelio lo tenemos que leer como continuación de la parábola del administrador infiel. Donde esté administrador utiliza su astucia para salir bien parado de una situación de robo u corrupción.
De este mal ejemplo, de la vida cotidiana de Jesús y lamentablemente de la muestra, el Señor nos enseña el tema de de la infidelidad en lo cotidiano.
Jesús, nos enseña también que nadie debe jugar a las dos puntas o servimos a Dios y al Reino o servimos al dinero, a lo material, nuestra propia apariencia. También nos enseña que Dios conoce nuestros corazones.
Es una invitación a que nuestro corazón sea solo de Dios y que esa opción fundamental de la vida al vivimos en una creativa fidelidad en la que nos toca vivir. ¡Bendecido fin de semana!