Una mujer me dio vida – Mi madre.
Una Mujer me rescató de la oscuridad – María.
Una mujer me entregó su amor – Mi esposa.
En estos tres ejemplos defino a la mujer.
Entonces, ¿que termina siendo una mujer?. Podemos usar muchas palabras y conceptos. Pero es en María donde se caracteriza a la mujer por excelencia.
María: Hija obediente, esposa dedicada, madre salvadora, mujer sufriente. Sensible, femenina, cálida, pero también firme como en las Bodas de Caná, responsable y precursora.
En mi madre y en mi esposa encuentro elementos de María. Mi madre me acompañó en mi niñez y mi esposa me acompaña en mi adultez. Con ambas hubo desencuentros y roces, pero con ambas supe reencontrar el camino. Pues Jesús y sobre todo María estuvieron allí y me guiaron con acierto.
Hoy me apena ver que demasiadas mujeres en vez de luchar por la vida, quieren cortarla.
En vez de ser luz salvadora, caen en las tinieblas del mundo.
En vez de seguir la femeneidad de María, se regocijan en el feminismo dando al mundo imágenes pobres y tristes de remedos de mujer.
Dios hizo durante seis días bellezas que quitan el aliento. Montañas, mares y cascadas, flores y aromas extraordinarios. Pero donde su pincel se volvió mágico fue en la MUJER. Como hombre no dejo de alabar a Dios por tan preciada compañera.
Solo lamento que muchas jovenes y mujeres esten perdiendo el Norte que deben seguir.
Se acerca la primavera y el día de la Madre no esta lejos. Invito a las jovenes y a la mujeres todas a vivir el amor con Dios y a florecer en esperanza. Con María a favor de la vida.
Dios las bendiga