Vení Espiritu Santo, se parte de mi año desde el comienzo.
El nuevo año siempre renueva las esperanzas,
pero también me da un poco de miedo…
No sé que me traerá la vida en este tiempo,
si será felicidad y prosperidad,
o una cruz disfrazada de rutina.
Sea como sea, venga lo que venga
haceme disponible y confiado a tu voluntad.
Yo sé que Sos un Padre bueno,
y que todo es para mi bien.
Te pido que te me reveles como compañero de camino,
que vengas junto a mí en todo lo que viva,
en las personas con las que me toque compartir el año
y en los paisajes donde camine.
Vení Espiritu Santo,
renovame en la confianza,
y haceme descansar en tu pecho.
Sólo en tu amor, mi corazón puede encontrar reposo.
Y confianza… ¡Amén!
De nuestra redacción
Milagros Rodón