Es preciso morir

jueves, 17 de enero de

Estamos acostumbrados a escuchar la palabra muerte sólo como la ausencia de vida y eso es un error.

Existen otros tipos de muerte y precisamente

un tipo es morir todos los días.

 

La muerte es solamente algo pasajero,

una transformación.

 

No existe planta sin la muerte de la semilla,

no existe el embrión sin la muerte del óvulo y del esperma,

no existe mariposa sin la muerte de la oruga, eso es obvio.

 

La muerte no es más que el punto de partida para el inicio

de algo nuevo, la frontera entre el pasado y el futuro.

 

Si quieres ser buena universitaria, mata dentro de ti

al adolescente que creé que tiene todo el tiempo por delante.

 

¿Quieres ser una buen profesional? entonces mata dentro de ti

al universitario descomprometido que piensa que la vida

se resume en estudiar sólo lo suficiente para hacer los exámenes.

 

¿Quieres tener buenas relaciones? entonces mata dentro de ti

a  la persona insegura, celosa, amargada, exigente, inmadura,

egoísta e individualista que piensa que puede hacer planes sola,

sin tener que dividir espacios, proyectos y tiempos con alguien más.

 

¿Quieres tener buenas amistades? entonces mata dentro de ti

a la persona insatisfecha y descomprometida, que solo piensa

en sí misma. Mata la voluntad de manipular a las personas

de acuerdo a tú conveniencia. Respeta a tus amigos,

colegas de trabajo y vecinos.

 

En fin todo proceso de evolución exige que matemos

al nuestro “yo” pasado, inferior.

 

¿Y cuál es el riesgo de no actuar así?, el riesgo está en intentar

ser dos personas al mismo tiempo, perdiendo la identidad,

comprometiendo tú productividad y, finalmente perjudicando tú éxito.

 

Muchas personas no evolucionan porque se quedan atoradas

en lo que eran, no se proyectan para lo que serán o desean ser,

ellas quieren una nueva etapa, sin cambiar la forma

en cómo piensan o actúan.

 

Acaban transformándose en proyectos inacabados,

híbridos, adultos infantilizados.

 

Podemos aún actuar, a veces, como cachorros, de tal forma

que nos mantenemos con las virtudes de un niño que también

son necesarias en los años de adultos, como: jugueteos,

sonrisas fáciles, vitalidad, creatividad, tolerancia, etc.

 

Más, sí quisiéramos ser adultos, debemos necesariamente

matar algunas actitudes infantiles, para pasar a actuar

como adultos querer ser alguien (líder, profesional, padre

o madre, ciudadano o ciudadana, amigo o amiga)

mejor y evolucionado.

 

Entonces, lo que precisas matar en sí, todavía hoy,

es el “egoísmo” y el “egocentrismo”, para que nazca el ser

que tanto desees ser. Piensa en eso y muere.

Más, no olvides de nacer mejor después.

 

El valor de las cosas no está en el tiempo en que éstas duran,

más sí en la intensidad con que acontecen; por eso existen

momentos inolvidables, cosas inexplicables y personas

incomparables.

 

Paulo Angelim

 

FUENTE: http://www.celebrandolavida.com

 

Emanuel Almirón