Integrar es caminar y crecer juntos,
respetando cada paso con su ritmo propio.
Asomarse a la vida, con la certeza de que en el otro,
hay vida que germina…que late y que algún día cosecharemos gozosos.
Integrar es apostar a un todo,
con la certeza de que en la diversidad
completaremos el plan que Dios soñó con nosotros.
Sentir que vos y yo somos valiosos,
que necesitamos los dones de todos ,
y así diferenciarnos unos de otros.
Compartir cada vida desde lo profundo
sabiendo que hay algo por descubrir,
pero hay que buscar más hondo.
Es dejarnos emocionar con lo que el otro expresa
valorando cada cosa
que me ofrece
y yo humildemente tomo.
Integrar es mirarnos a los ojos convencidos
de que cada uno tiene brillo propio.
Aprendiendo a amar lo
que de Dios
vive en los “otros”.
Es reconocer que sin “ellos”
estaremos incompletos en el plan de amor que Dios
soñó para nosotros.
Integrar es dejar al otro libre para que redescubra ,lo que en él,
vale más que el oro.
Es no poner condiciones ni expectativas,
solo darle la confianza que él tiene algo que completa el TODO.
Integrar es creer que Dios nos quiere juntos y en Él ser UNO, aún siendo otro.
Ayudar a aceptarnos con amor,
que valiosos somos todos.
Integrar es mirar como Dios mira ,
creyendo en lo que Él cree, amando lo que Él ama ,
sabiendo que somos su obra más amada
y Él nuestro Padre Misericordioso.
Fuente: quebuenoes.org.ar