Uno de tantos…

lunes, 28 de octubre de

 



Te doy gracias, Señor

porque soy como los demás,

tan lleno de poder y debilidad,

tan movido por anhelos

y sepultado por miedos,

tan dispuesto a lo más divino

y a lo más rastrero.


Te doy gracias porque mi corazón

late unos días con fuego,

con pobre rescoldo otras veces,

porque miro en el espejo de dentro

y descubro cicatrices sanadas por ti,

y heridas que aún supuran.


Por los errores

que atemperan la tentación

de erigirme en juez de veredictos ajenos.

Por los aciertos, escuela de posibilidades.


Por la ternura y el amor,

que a veces doy y siempre pido,

por saberme tan de barro,

y tan de Ti…



José María Rodríguez Olaizola



 

 

Maria Carolina Chahin