Préstame tus ojos, Señor, y veré más lejos…
Veré que el mundo no acaba donde yo lo comienzo,
ni tampoco da vueltas alrededor de mi centro.
Veré que el tiempo supera la hartura del momento,
y aún así se salva todo en la guarda de lo eterno.
Veré que hay muchos otros, también, en tu proyecto,
y que nadie llega sólo a las puertas de tu Reino.
Veré que hiciste todo con mano de arquitecto,
y pensaste sabiamente hasta lo más pequeño.
Veré que voy muy lejos cuando en caprichos me interno,
y que en la Casa hay de todo, sólo que yo no lo encuentro.
Veré que lo que yo no comprendo y menos aún merezco,
es justamente tu amor por mí… tan verdadero.
Amén
Javier Albisu S.J.