Evangelio según San Lucas 21,5-11

martes, 26 de noviembre de
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Y como algunos, hablando del Templo, decían que estaba adornado con hermosas piedras y ofrendas votivas, Jesús dijo:“De todo lo que ustedes contemplan, un día no quedará piedra sobre piedra: todo será destruido”.

 

Ellos le preguntaron: “Maestro, ¿cuándo tendrá lugar esto, y cuál será la señal de que va a suceder?”.


Jesús respondió: “Tengan cuidado, no se dejen engañar, porque muchos se presentarán en mi Nombre, diciendo: ‘Soy yo’, y también: ‘El tiempo está cerca’. No los sigan. Cuando oigan hablar de guerras y revoluciones no se alarmen; es necesario que esto ocurra antes, pero no llegará tan pronto el fin”.


Después les dijo: “Se levantará nación contra nación y reino contra reino.Habrá grandes terremotos; peste y hambre en muchas partes; se verán también fenómenos aterradores y grandes señales en el cielo.


Palabra de Dios




Monseñor Fernando Maletti Obispo de la Diócesis de Merlo – Moreno


Queridos hermanos y hermanas, queridos muchachos y chicas. Hoy en el evangelio, se nos habla de que no quedara piedra sobre piedra.


En el fondo nos habla de la justicia, en estos días hemos estando meditando mucho acerca del fin último y este momento del fin del año litúrgico de la fiesta de Jesucristo, Señor y Rey del universo a la que nos hemos venido preparando sobre todo en estas tres últimas semanas con todos los textos bíblicos y que en esta semana en la que estamos camino ya, el fin de semana que viene al comienzo del adviento, a preparar nuestro corazón al Señor que llega.


El Señor que es Rey del universo, Cristo Rey, es bueno, el momento en que concluye todo este ciclo de vivir la historia salvadora, de la salvación en sí misma y del paso de Jesús por nuestra vida y ahora retomamos el fin de semana que viene en este comienzo llamado a la conversión la preparación a la noche buena y navidad, que acontecerá dentro de un mes exactamente, el Señor que viene y que llega para salvarnos.


El evangelio de hoy nos habla de que, Jesús escucha unos comentarios sobre el templo construido con una estructura magnifica impresionante y su respuesta a estos comentarios es una declaración profética:“Llegara un día, dice, en que esta estructura no quedara piedra sobre piedra, todo será una tremenda ruina”


Sus palabras son claras, ¿no? Y aquí nos plantea queridos muchachos y chicas el tema de la justicia, tanto que la buscamos, tanto que la queremos, tanto que nos revelamos cuando la justicia falta, cuanto que nos hace tanto daño, ver que a veces es manipulada o mal utilizada.


El templo de Jerusalén se refiere muchas veces de la sorbería y de poder como “empaquetar a Dios”, tenerlo como dominado en nuestros esquemas humanos de grandilocuencias finitas que tienen un fin que se acaban.


La justicia que trae Dios, dice el Papa Francisco en una de las homilías que da todas las mañanas en la capilla Santa Martha esta fue en junio de este año:La justicia que el trae, dice, es una justicia totalmente diversa al del ojo por ojo y diente por diente, es otra justicia, y esto lo podemos entender cuando San Pablo habla de los cristianos como gente que no tiene nada y en cambio posee todo. De aquí entonces que la seguridad cristiana, continúa Francisco, se encuentra en ese todo que es Jesús.


El todo es Jesucristo, lo demás es nada para el cristiano, en cambio, para el espíritu del mundo, el todo son las cosas, las riquezas, las vanidades, tener posiciones más encumbradas y la “nada” es Jesús, por lo tanto si un cristiano puede caminar 100 km, cuando le pidan recorrer 10 es porque para él eso es nada y tranquilamente puede dar el manto cuando le pidan la túnica y aquí el secreto de la magnanimidad cristiana que supera la justicia, que siempre va acompañada con la docilidad y el todo es Jesucristo.


Queridos muchachos y chicas, que realmente sea el Señor el centro de nuestras vidas y podamos siempre encontrarnos con el Dios de las cosas, para que todas las cosas nos hablen de Dios, que podamos tener cierta distancia de aquellas cosas, demasiado humanas, que no son malas en sí misma, que nos atraen mucho y nos pueden llenar el corazón. Cuando el Señor ocupa en nuestro corazón, en nuestra vida el lugar que le corresponde, ¡Todo se recoloca! Todo vuelve a ocupar su lugar.


Cuando absolutizamos lo relativo, todo se desordena en nuestra vida y no solo no estamos felices, sino que caminamos como a la deriva, que el buen Señor nos ayude a descubrir que el camino es Él, que la verdad es Él, que la vida es Él.


Que el Señor los bendiga y los acompañe, que el Señor los proteja y los cuide a todos ustedes, ustedes queridos jóvenes, que están siempre en esas búsquedas, que realmente la búsqueda nunca excluya hacerlo con Jesús. Un abrazo y un cariño a todos.



 

Oleada Joven