Evangelio según San Lucas 1,26-38

lunes, 9 de diciembre de
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En el sexto mes, el Angel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret,a una virgen que estaba comprometida con un hombre perteneciente a la familia de David, llamado José. El nombre de la virgen era María.

El Angel entró en su casa y la saludó, diciendo: “¡Alégrate!, llena de gracia, el Señor está contigo”. Al oír estas palabras, ella quedó desconcertada y se preguntaba qué podía significar ese saludo.Pero el Angel le dijo: “No temas, María, porque Dios te ha favorecido.Concebirás y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús; él será grande y será llamado Hijo del Altísimo. El Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre y su reino no tendrá fin”.

María dijo al Angel: “¿Cómo puede ser eso, si yo no tengo relaciones con ningún hombre?”.

El Angel le respondió: “El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Por eso el niño será Santo y será llamado Hijo de Dios.También tu parienta Isabel concibió un hijo a pesar de su vejez, y la que era considerada estéril, ya se encuentra en su sexto mes,porque no hay nada imposible para Dios”.

María dijo entonces: “Yo soy la servidora del Señor, que se cumpla en mí lo que has dicho”. Y el Angel se alejó.


Palabra de Dios



Monseñor Santiago Olivera Obispo de la Diócesis de Cruz del Eje

 

Hoy celebramos con mucha alegría la solemnidad de la Inmaculada la Madre de Dios, del Dios con nosotros, de Jesús que es el Dios con Nosotros, el merito justamente de este Jesús que murió en la Cruz. Ha sido preservada su Madre, de todo pecado. Maria que le prestó su cuerpo al cuerpo de Jesús es como sentido común pareciera que está bien, y es lógico, que fuera preservada de pecado aquella que iba a dar a Luz al Santo de los Santos por eso Maria ha sido preservada de pecado original.


Sin duda que es un día de fiesta en nuestras comunidades, celebrar a la Virgen a Maria que es tan querida, que es tan admirada, que es la “llena de Gracia” lo expresamos de distintas maneras. Nuestras Parroquias, nuestra comunidades, muchos de nosotros, hemos conocido a Jesús por primera vez en la comunión, o se consagran a Maria los niños los jóvenes, o se renuevan votos por lo que significa esta Llena de Gracia como modelo para el Cristiano.


El Evangelio de hoy, que la Iglesia nos propone, es el anuncio del Ángel del Señor a Maria. Es un texto, de Lucas que tiene mucho para meditar, mucho para contemplar, para rumiar, para imitar. El Ángel aparece y le dice “Alégrate, llena de Gracia el Señor esta contigo”. Dios se encarnó en una joven Judía. ¡Cómo no alegrarse una creyente, si el Señor está con ella! pero con la humildad de la Virgen además, frente a esto tan desconcertante, diríamos a este plan de Dios tan sorprendente para su vida. Nos dice ella misma, nos dice el evangelio “quedó desconcertada”. Ante esto el Ángel le dice “No temas Maria”.


Lo grande del texto, que de algún modo aquí vemos, es el dialogo como vocación. Porque la llamada a la Virgen, es una vocación a la cual María responde, se asombra y pregunta “¿cómo puede ser esto?,¿cómo puede ser si yo no conozco varón, si yo no tengo relación con ningún hombre?” y se le explica: “el niño viene de Dios, el Espíritu Santo descenderá sobre ti”, le dice el Ángel y hay pruebas de la obra de Dios. “Dios ha hecho una prueba a Isabel tu parienta. A pesar de su vejez se encuentra en sexto mes”.


En este clima vocacional de la virgen, también nosotros tenemos que pedirle a Dios, que nos ayude a vivir así nuestra vida porque ella descubrió su papel en el plan de la redención. Frente a la objeción de Maria hubo una solución al problema, (pues su fecundidad) “para Dios todo es posible”. Pero fundamentalmente fue su “Hágase”; su “Hágase en mi según su Palabra”. El Si de Maria dicho en el claro oscuro de la Fe, un Si firme mantenido, un Si que confió. En Maria nosotros podemos decir nuestro Si.


Debemos, como Maria, aprender y saber escuchar. En Maria, digamos “Hágase” con generosidad, para encarnar en cada situación el evangelio. Que cada día digamos “Si” al plan de Dios. Me pregunto: ¿sabemos todos el Sueño de Dios en cada uno de nosotros? ¿nos hemos preguntado cual es Su Plan en nuestra Vida? 

 

 

Oleada Joven