Evangelio según San Juan 1,1-18

martes, 31 de diciembre de
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Al principio existía la Palabra, y la Palabra estaba junto a Dios, y la Palabra era Dios. Al principio estaba junto a Dios.Todas las cosas fueron hechas por medio de la Palabra y sin ella no se hizo nada de todo lo que existe.En ella estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres.


La luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no la percibieron. Apareció un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan. Vino como testigo, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por medio de él. El no era la luz, sino el testigo de la luz. La Palabra era la luz verdadera que, al venir a este mundo, ilumina a todo hombre.


Ella estaba en el mundo, y el mundo fue hecho por medio de ella, y el mundo no la conoció.Vino a los suyos, y los suyos no la recibieron.Pero a todos los que la recibieron, a los que creen en su Nombre, les dio el poder de llegar a ser hijos de Dios.

Ellos no nacieron de la sangre, ni por obra de la carne, ni de la voluntad del hombre, sino que fueron engendrados por Dios.

Y la Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros. Y nosotros hemos visto su gloria, la gloria que recibe del Padre como Hijo único, lleno de gracia y de verdad.

Juan da testimonio de él, al declarar: “Este es aquel del que yo dije: El que viene después de mí me ha precedido, porque existía antes que yo”.

De su plenitud, todos nosotros hemos participado y hemos recibido gracia sobre gracia: porque la Ley fue dada por medio de Moisés, pero la gracia y la verdad nos han llegado por Jesucristo. Nadie ha visto jamás a Dios; el que lo ha revelado es el Hijo único, que está en el seno del Padre.



Palabra de Dios

 

 


Monseñor Fernando Maletti Obispo de la Diócesis de Merlo – Moreno


Queridos muchachos y chicas, queridos jovenes hjoy, ultimo día del año, ya por comenzar el año nuevo y comenzarlo en el nombre de María con la fiesta de Santa María madre de Dios, viviremos el fin y el principio del año, lo celebraremos y está muy bien que así lo hagamos; que la gran fiesta sea que la palabra llegue al corazón de cada uno de nosotros, de cada una de nuestras familias, de cada una de nuestras comunidades y de nuestra sociedad.


Esa palabra que cala en lo más profundo del corazón y que nos dice que Dios nos habla, y Dios nos habla a través de su Hijo, que nació en Belén, hace poquitos días, ahí en la Nochebuena y en la Navidad, que venimos celebrando en estos días y que venimos haciendo un contexto de saludo, de buenos deseos, de felicidad ciertamente, porque Dios esta con nosotros y vino para quedarse entre nosotros.


Hoy, en este prólogo del Evangelio de San Juan, nos regala la palabra, es decir, que Dios en Jesucristo es luz y Dios en Jesucristo es vida. Nos invita a dejarnos iluminar y mover por Jesús. Dejemos que él ahogue nuestras tinieblas y le de vida a nuestra quietud, a nuestro inmovilismo, espiritual, se entiende, que muchas veces produce parálisis en las demás cosas de la vida, a nivel físico, psicológico, de nuestra relación con los demás.


La palabra de Dios nos “abre” a que podamos descubrir que en cada hermano pobre y necesitado, hay un Jesús que nos espera, en cada hermano y hermana que está como a la deriva porque la palabra no percude en su vida.


Que podamos contagiar la alegría de la fe, irradiar la esperanza de la vida eterna e iluminar con la palabra de Dios que Siempre es viva, eficaz, que nunca nos abandona y ahí la tenemos esperándonos.


Por eso cuando digamos esta noche: “Feliz año nuevo”miremos para atrás y demos gracias por lo bueno del año 2013 que hemos terminado, pidamos perdón por aquello en lo que nos hemos equivocado y nos abramos a este 2014 con la dignidad de saber que Dios hecho hombre, su palabra, hecha carne, nos da la posibilidad de caminar en la paz y en la alegría, en la certeza de que Dios nos ama.


Hermanos, queridos jovenes, si no lo hemos hecho todavia, hagamos una buena confesión sacramental en estos días para poder también recibirlo a El en la eucaristia, que podamos comenzar el año mañana, día de la virgen, rezando un rosario, con los misterios que correspondan, y poder asi también a ella , a la mujer que dijo que sí, ofrecerle para que nos devuelva en bendiciones esos misterios biblicos, de la palabra que se hizo carne, que nos hacen recordarla como madre y señora nuestra, y al recordarla a ella nos hace hacer conciente que estamos caminando con su hijo, Jesucristo, el eje de nuestras vidas, la fuerza y la verdad de todo.


Que el Señor los bendiga y los acompañe, los cuide, los proteja, los bendiga y les de la gracia que mas necesiten. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espiritu Santo. Amén.


Feliz año nuevo!!!

 

Oleada Joven