¿La soltería es para vos un lugar de sufrimiento, de tensión y te preguntás cómo vivir esta realidad?
Te invitamos a leer fragmentos de una entrevista que el padre Daniel Nardini, párroco del la Parroquia “Ntra Sra de la Medalla Milagrosa”, asesor de Cáritas y capellán de la cárcel de mujeres en Bowen, en la ciudad del Córdoba, compartió con la audiencia de Radio María a través del programa En camino.
Me parece que la soltería, si nosotros la planteamos dramáticamente, puede ser causa de derrota, de frustración, de sin sabores. Pero también puede ser, mirándolo desde la perspectiva de la fe, la apertura espiritual a una plenitud mucho más profunda.
Pedro en una de sus cartas dice, citando al texto del Levítico: “Sean santos como Yo, vuestro Dios, soy santo”. Ésta es la primera y fundamental- y casi única- llamada que tenemos los hombres: la de ser santos, llamados al Amor. La santidad es la plenitud del amor. ¿Por qué? Porque es la plenitud es la plenitud de Dios en el corazón, porque nuestro corazón ha sido tomado por Dios. Cuando el corazón ha sido embebido de tal manera que yo no puedo entenderme si no es en la clave del amor, de este amor creador y salvífico que nos da el Señor, que nos dona el Señor, difícilmente pueda encontrar otra razón para caminar el tiempo de la soltería. (…) El verdadero encuentro con quién soy y para qué y por dónde debo ir es ese encuentro vivo con el Dios vivo, no hay otro modo.
Hay que ser profundamente libre para poder aceptar que el amor es amar lo distinto, no lo que yo quiero que sea. El sentido de la profundidad del amor es cómo Dios nos ama. ¿Cómo amó Dios? “Dios amó tanto al mundo que envió a su hijo al mundo”, “Aquél que, siendo rico, se hizo pobre, que, siendo Dios, se hizo hombre”. Es decir, desde esta aparente contradicción, encontramos el sentido profundo. Cuando uno “busca” difícilmente encuentre lo que busca porque busca de acuerdo a sus parámetros. En cambio, cuando uno “se deja encontrar”, es distinta la experiencia. Cuando yo busco, busco según mis parámetros, mis apetencias, mis necesidades, lo que a mí me hace falta. Cuando yo vivo mi vida en clave de donación, de entrega, el amor me encuentra.
Pero eso es tomar tu soltería, tu etapa de soltero como un instrumento de plenitud. Ése es el sentido también. Es como el tiempo en que la masa se va leudando para que el pan sea sabroso. Me parece que esto también es importante, este tiempo es un tiempo muy importante porque también encuentro lo que espero también y cómo he esperado eso que voy buscando.(…)Generar en mi corazón la actitud, la disposición, los momentos, los lugares en donde yo creo que voy a ir encontrando aquello que Dios me va pidiendo. Por eso, también es un tiempo de mucho discernimiento. Si yo lo quiero vivir en la clave de la fe, es la oración, el discernimiento, el ejercicio del amor concreto, del gesto concreto.