Tu amor Señor,
no hace mas que herirme,
me vuelve barro fragil,
que se desarma entre tus manos.
Brota de mi pobre corazon,
adoracion profunda,
abandono constante,
debilidad que me vuelve a tu mirada.
Ardiendo esta mi corazon
por permanecer:
sangrando tu amor en mi,
fecundando mi interior,
y volvera a latir, con tu soplo
el anhelo de que habites en mi,
de tal manera, que yo me funda en vos
en la misma herida de amor,
por toda la eternidad.
(MJG)