Evangelio según San Lucas 18,9-14

martes, 25 de marzo de
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Y refiriéndose a algunos que se tenían por justos y despreciaban a los demás, dijo también esta parábola:

“Dos hombres subieron al Templo para orar: uno era fariseo y el otro, publicano. El fariseo, de pie, oraba así: ‘Dios mío, te doy gracias porque no soy como los demás hombres, que son ladrones, injustos y adúlteros; ni tampoco como ese publicano. Ayuno dos veces por semana y pago la décima parte de todas mis entradas’.

En cambio el publicano, manteniéndose a distancia, no se animaba siquiera a levantar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: ‘¡Dios mío, ten piedad de mí, que soy un pecador!’.

Les aseguro que este último volvió a su casa justificado, pero no el primero. Porque todo el que se ensalza será humillado y el que se humilla será ensalzado”.


Palabra de Dios




 P. Nicolás Retes

 

¡Queridos Amigos de Oleada Joven!
Compartimos el evangelio en este Sábado 29 de Marzo, en el cual Jesús, según nos relata el evangelista San Lucas, en el Capítulo 18 desde los Versículos 9 en adelante.

Jesús, allí, a propósito de los que se creen en paz o, a salvo y desprecia a los demás, actitudes que al Señor, no le gusta. Presenta una hermosa parábola de dos Hombres que suben a rezar al Templo, uno era fariseo y el otro recaudador de impuestos, recordemos que estos últimos son considerados como pecadores publicamente en el pueblo de Israel. Tienen actitudes distintas. Veamos por ejemplo: El fariseo, presenta sus méritos, presenta sus buenas obras al Señor, las cosas lindas, buenas que ha realizado y por supuesto se siente seguro, se siente, digamos asi, salvado por todo el bien que ha hecho. En cambio, el pobre recaudador de impuestos, todo lo contrario, presenta sus faltas, sus pecados y ni siquiera, dice el texto, se considera digno de lavantar su mirada. Cabe aclarar entonces, que no se siente para nada seguro, al contrario, va y se humilla frente a Dios, por todo lo que ha sucedido.

¿Cuál de las Actitudes, agradan al Señor? Evidentemente esta última. Por que el texto termina diciendo que, el que volvio Justificado es el recaudador de impuestos, es decir, esta persona que ha reconocido sus pecados, sus necesidades, sus faltas y allí esta la clave.

Jesús, quiere que nuestra vida, cuando rezamos, cuando hablamos con Él, cuando tenemos este encuentro profundo e intimo, le presentemos no solo nuestras virtudes, las cosas que hacemos bien, sino, también, nuestros pecados, nuestras necesidades, aquellas cosas que tenemos que cambiar en la vida. Sino, sería presentarle a Dios, un aspecto de nuestra vida bajo su protección, bajo su mirada. De alli la clave, no? Poner nuestra confianza, nuestra seguridad en el Señor y no en nuestras obras, no en lo que nosotros hacemos, por que en definitiva, es, obra y gracia de Dios todo aquello bueno que podamos hacer. Es decir, que la actitud de la humildad es necesaria para agradar al Señor.

Pidamos en este sábado entonces, esta gracia de poner la confianza en el Señor.

Término esta breve reflexión con algunas palabras que recuerdo del Papa Francisco, en su momento cuando era Cardenal Bergoglio en nuestra querida Arquidiócesis de Buenos Aires. En el Ceminario, Él nos decia bien claro, que cada vez que vayamos a la Eucaristía, presentemos en la mesa nuestra propia ofrenda, que no solo las cosas que hacemos bien, las virtudes, los dones, sino que también nuestros pecados. Por que la Eucaristía en la mesa de los pecadores arrepentidos, decía Él, palabra clave “Arrepentidos”. Es decir, tomar conciencia de lo que somos y ofrecerselo a Él, por que solo Dios con su gracia, puede hacernos mejorar. Esta actitud de humildad, de simpleza, sin dudas, nos acercan a Dios.

Que nuestra madre la Virgen María entonces, nos regale vivir de este modo.¡Que tengan una Excelente Jornada!

 

Oleada Joven