Después de esto, Jesús atravesó el mar de Galilea, llamado Tiberíades. Lo seguía una gran multitud, al ver los signos que hacía curando a los enfermos.Jesús subió a la montaña y se sentó allí con sus discípulos.
Se acercaba la Pascua, la fiesta de los judíos. Al levantar los ojos, Jesús vio que una gran multitud acudía a él y dijo a Felipe: “¿Dónde compraremos pan para darles de comer?”. El decía esto para ponerlo a prueba, porque sabía bien lo que iba a hacer. Felipe le respondió: “Doscientos denarios no bastarían para que cada uno pudiera comer un pedazo de pan”.
Uno de sus discípulos, Andrés, el hermano de Simón Pedro, le dijo: “Aquí hay un niño que tiene cinco panes de cebada y dos pescados, pero ¿qué es esto para tanta gente?”. Jesús le respondió: “Háganlos sentar”. Había mucho pasto en ese lugar. Todos se sentaron y eran uno cinco mil hombres.
Jesús tomó los panes, dio gracias y los distribuyó a los que estaban sentados. Lo mismo hizo con los pescados, dándoles todo lo que quisieron. Cuando todos quedaron satisfechos, Jesús dijo a sus discípulos: “Recojan los pedazos que sobran, para que no se pierda nada”. Los recogieron y llenaron doce canastas con los pedazos que sobraron de los cinco panes de cebada.
Al ver el signo que Jesús acababa de hacer, la gente decía: “Este es, verdaderamente, el Profeta que debe venir al mundo”. Jesús, sabiendo que querían apoderarse de él para hacerlo rey, se retiró otra vez solo a la montaña.
Palabra de Dios
P. Gustavo Gatto Asesor de la Pastoral Juvenil de la Diócesis de Villa María
¡Hola queridos amigos y amigas de la Oleada Joven!
Transitando este tiempo Pascual, la pregunta que nos podemos hacer es: ¿Dónde se me aparece Jesús Resucitado, donde nos busca? El Resucitado se va apareciendo a sus discípulos, los va buscando, los va consolando, los va congregando nuevamente.
Por eso nosotros nos podemos preguntar donde se me aparece Jesús Resucitado, y en este Evangelio en el contexto del discurso de pan de Vida, esta la multiplicación de los panes. Dios se te aparece en la Eucaristía que sin duda se prolonga en una vida solidaria y entregada. La invitación de hoy es a dejarnos encontrar en la Eucaristía que celebramos y que sin duda se hace solidaridad, entrega, servicio, en nuestra vida cotidiana.
¡Que tengas una buena semana!