Oh Jesús misericordioso, tu bondad es infinita
y los tesoro de tu gracia son inagotables.
Me abandono a tu corazón misericordioso que sobrepasa
a todas tus obras, me consagro enteramente a ti
para vivir bajo los rayos
de tu gracia y de tu amor que brotaron
de tu corazón traspasado en la cruz .
Quiero dar a conocer tu misericordia
por medio de las obras de misericordia
corporales y espirituales, especialmente
con los pecadores, consolando y asistiendo
a los pobres, afligidos y en enfermos.
Mas tu me protegerás como cosa tuya,
pues toda lo temo de mi debilidad y
todo lo espero de tu misericordia.
Que toda la humanidad comprenda el abismo
insondable de tu misericordia,
a fin de que poniendo toda tu esperanza en ella.
Pueda ensalzarla por toda la eternidad. Amen.