Al irse de allí, Jesús vio a un hombre llamado Mateo, que estaba sentado a la mesa de recaudación de impuestos, y le dijo: “Sígueme”. El se levantó y lo siguió. Mientras Jesús estaba comiendo en la casa, acudieron muchos publicanos y pecadores, y se sentaron a comer con él y sus discípulos.
Al ver esto, los fariseos dijeron a los discípulos: “¿Por qué su Maestro come con publicanos y pecadores?”.
Jesús, que había oído, respondió: “No son los sanos los que tienen necesidad del médico, sino los enfermos.Vayan y aprendan qué significa: Yo quiero misericordia y no sacrificios. Porque yo no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores”.
Palabra de Dios
P. Gustavo Gatto Asesor de la Pastoral Juvenil de la Diócesis de Villa María
¡Hola queridas amigas y amigos de la Oleada Joven!
Hoy nos encontramos a Jesús que llama como Discípulo Apóstol a un pecador público. Jesús hace amigo suyo a un pecador público y también se atreve a comer con personas de mala fama.
Ante esta imagen de Cristo nosotros podemos sacar tres conclusiones; Primero: No creernos buenos y mejores que los otros.
Segundo: No creer que somos tan malos que Dios ya no puede llevarnos y hacernos sus amigos.
Y, tercero:Tener comprensión de la debilidad de los demás y fe en el poder de Dios que puede cambiar todos los corazones.
¡Que tengas una buena semana!