El lugar de Tim

lunes, 21 de julio de

Un día Tim Harris le confesó a sus padres que su sueño era convertirse en propietario de un restaurante. Entonces el muchacho tenía apenas 14 años, pero ya había trabajado en un establecimiento gastronómico de Alburquerque, Nuevo México. Una década después la historia de este joven norteamericano con síndrome de Down inspira a otras personas que viven con alguna discapacidad.


“Cuando era niño quería ser dueño de un restaurante y le pedí a mi padre que me ayudara”, recuerda Harris en un video publicado en Youtube por AOL. Su aspiración tardaría un tiempo en concretarse, solo lo justo para que adquiriese experiencia en el servicio a la clientela y terminase dos certificados en la Eastern New Mexico University.


En mayo de 2010 la familia suscribió un contrato en un local de Alburquerque y unas semanas después abrió el restaurante Tim’s Place.


“Servimos desayunos, almuerzos y damos abrazos. Los abrazos son la mejor parte”, afirma Harris. En su trabajo cotidiano al frente de su restaurante lo que más disfruta es recibir a los clientes. “A veces llegan tristes y cuando los abrazo se sienten mucho mejor”, asegura. Un contador a la entrada del local registra más de 30.000 abrazos hasta el momento.



“Creemos que la gente tiene un apetito enorme por ser genuinamente bienvenida, conectada, apreciada y cuidada”, sostiene la presentación de Tim’s Place en su sitio web. “Pensamos que demasiadas experiencias en nuestras agitadas vidas modernas son impersonales, estériles y carentes de auténtica relación humana. Usted jamás encontrará algo así en Tim’s Place”, asegura.


Harris nunca ha dejado que su discapacidad le impida alcanzar sus objetivos. Además de su vocación para la gastronomía, este joven estadounidense ganó varias medallas en las Olimpiadas Especiales de Nuevo México. Su familia jamás ha aceptado su padecimiento como una excusa si las cosas no salen del todo bien, reveló en un discurso reciente en la Northern Michigan University. Actualmente reside en un apartamento independiente cerca del restaurante y se ocupa de sus facturas y otros asuntos domésticos.


“Solo estoy tratando de enviar un mensaje sobre mi restaurante y mi vida. Estoy alentando a otros como yo para que permanezcan en la escuela y puedan entonces realizar grandes cosas”, declaró. “Estoy viviendo lo que he soñado”, dijo.


Harris es el único norteamericano con síndrome de Down propietario de un restaurante. Su visión de la vida y los negocios refleja una parte de lo mejor que como seres humanos somos capaces de alcanzar.


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Fuente: Noticias Yahoo

 

Oleada Joven