Evangelio según San Mateo 13,54-58

miércoles, 30 de julio de
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Al llegar a su pueblo, se puso a enseñar a la gente en la sinagoga, de tal manera que todos estaban maravillados. “¿De dónde le viene, decían, esta sabiduría y ese poder de hacer milagros?

¿No es este el hijo del carpintero? ¿Su madre no es la que llaman María? ¿Y no son hermanos suyos Santiago, José, Simón y Judas? ¿Y acaso no viven entre nosotros todas sus hermanas? ¿De dónde le vendrá todo esto?”.

Y Jesús era para ellos un motivo de tropiezo. Entonces les dijo: “Un profeta es despreciado solamente en su pueblo y en su familia”.

Y no hizo allí muchos milagros, a causa de la falta de fe de esa gente.


 

Palabra de Dios




 


P. Gustavo Gatto Asesor de la Pastoral Juvenil de la Diócesis de Villa María



 

Hoy nos encontramos con el pueblo de jesus que se pregunta, un poco escandalizado, cómo Jesús es el mesías si es el hijo del carpinterio, si conocen a su padre y a su madre, si les hizo la mesa, las sillas. Si es el mismo que jugo con sus hijos.

 

El Dios con nosotros, el Dios cotidano, el Dios que también nos escandaliza, que nos cuesta aceptar a veces, por ser tan cercano.

 

Muy a menudo, nos hacemos una imagen lejana de Dios; que este Dios que asumió nuestra humanidad, que se mezcló con nosotros, que aceptó embarrarase con nosotoros, también nos escandaliza y le exigimos otra cosa, no comprendemos que se manifieste tan sencillamente en lo de todos los días.


 

Muchas veces nos cuesta aceptar las maneras tan sencillas y cotidianas con que viene a nuestro encuentro.

 

Ojalá podamos descubrir lo maravilloso de tener un Dios con carne humana, con sentimientos humano, con rostro humano: Jesús, rostro divino del hombre y rostro humano de Dios.

 

 

Oleada Joven