Bienaventurados son aquellos que
se levantan contentos cada mañana, Agradecidos simplemente por vivir un
nuevo día, nuestro camino hacia Vos.
se perdonan a sí mismos sus faltas de atención,
sus errores y caídas, abriéndose a tu divino perdón.
Bienaventurados son aquellos que tienen ojos
para ver la simple belleza de una margarita,
el esplendor de una puesta de sol,
la majestad de una montaña y te
alaban en esas maravillosas manifestaciones.
Bienaventurados son aquellos que poseen oídos
para escuchar el sonido de la lluvia cayendo,
los momentos íntimos de sus propios corazones,
las risas de los niños al jugar,
Tu voz dentro de todas las voces.
Bienaventurados son aquellos cuyos corazones
acogen el amor y el cariño de otros,
sin sentir la necesidad de ganárselos,
recordando que en el amor de los demás conocemos
el poder de Tu amor por nosotros.
Bienaventurados son aquellos que confían y
creen que este viaje humano es un viaje sagrado,
y que Vos estás encontrándonos una y
otra vez en nuestro caminar.
Amén
Javier Azuniga