Se quedarán sin la vida
si le quitan el misterio.
Hay que salvar el aromade la madera cortada.
La mano de Dios confinacon las murallas del mundo,con la esperanza del hombre.
Jugarse el tipo, de gracia,como los niños que juegan.Servir bajo el día a día.Crecer contra la evidencia.Decir siempre una palabraúltima de lucha, paracaer luego de rodillasen silencio.
Pedro Casaldáliga