Evangelio según San Mateo 9,9-13

viernes, 11 de septiembre de
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Jesús, al pasar, vio a un hombre llamado Mateo, que estaba sentado a la mesa de recaudación de impuestos, y le dijo: “Sígueme”. El se levantó y lo siguió. Mientras Jesús estaba comiendo en la casa, acudieron muchos publicanos y pecadores, y se sentaron a comer con él y sus discípulos.

Al ver esto, los fariseos dijeron a los discípulos: “¿Por qué su Maestro come con publicanos y pecadores?”. Jesús, que había oído, respondió: “No son los sanos los que tienen necesidad del médico, sino los enfermos.

Vayan y aprendan qué significa: Yo quiero misericordia y no sacrificios. Porque yo no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores”.

 

Palabra de Dios

 

 

 


P. Gustavo Gatto Asesor de la Pastoral Juvenil de la Diócesis de Villa María – Córdoba

 

¡Jesús vino para los pecadores! Hoy celebramos a uno de los apóstoles de Jesús, a uno que nos dejo el evangelio a San Mateo.


Nos cuenta el propio Mateo, que al pasar, Jesús vio a un hombre sentado en la mesa de recaudación de impuestos y le dijo: ¡Sigueme! Él se levantó y lo siguió. El llamado de Mateo es el botón de muestra de la misericordia de Jesús, con nosotros los pecadores. Mateo estaba, podemos decir, en el mismo pecado y Jesús lo miro con misericordia y lo eligió.


Jesús vino para los pecadores, no para los sanos, Buenos y perfectos, sino que vino a llamar a aquellos que se animen a seguirlo y a los que se animen a ser transformado por él.


La clave es la misericordia de Jesús para nosotros y de nosotros para los demás.

 

 

Fuente: Radio Maria Argentina

 

 

Radio Maria Argentina