Jesús hizo a sus discípulos esta comparación: “Miren lo que sucede con la higuera o con cualquier otro árbol. Cuando comienza a echar brotes, ustedes se dan cuenta de que se acerca el verano.
Así también, cuando vean que suceden todas estas cosas, sepan que el Reino de Dios está cerca. Les aseguro que no pasará esta generación hasta que se cumpla todo esto. El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.”
Palabra de Dios
P. Nicolás Retes
Jesús hizo a sus discípulos esta comparación: “Miren lo que sucede con la higuera o con cualquier otro árbol. Cuando comienza a echar brotes, ustedes se dan cuenta de que se acerca el verano. Así también, cuando vean que suceden todas estas cosas, sepan que el Reino de Dios está cerca. Les aseguro que no pasará esta generación hasta que se cumpla todo esto. El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.” Palabra del Señor.
Se acerca el tiempo del Adviento, un tiempo especial para crecer en la esperanza, un tiempo dedicado también a estar atentos, a descubrir qué nos quiere decir Dios con los signos que nos rodean. En este caso el evangelio nos abla de darse cuenta «cuando comienza a echar brotes ustedes se dan cuenta» y se refiere a la higuera pero lo podemos aplicar también a nuestra propia vida. Ese “Darse cuenta” es clave para la vida de todo cristiano que quiere seguirlo al Señor. Un verdadero seguidor de Jesucristo, un verdadero discípulo constantemente vive dándose cuenta, tratando de discernir la voluntad de Dios, ¿qué me pide Dios para mi vida? ¿qué te pide a vos Dios con los dones que te ha regalado?. Seguramente te ha dado muchas cosas buenas ¡vos valés! todos valemos, somos Hijos de Dios por el bautismo. El tema es que muchas veces los dones recibidos pueden quedar ahí, puestos en un lugar y no sabemos si los vamos a utilizar o no. Bueno, te invito a la luz de este evangelio entonces a que nos demos cuenta juntos qué dones Dios nos ha regalado y cómo los podemos utilizar para que su Reino de Dios crezca.
Fíjense que el texto un poquito más abajo dice el evangelio que acabamos de escuchar «sepan que el Reino de Dios está cerca» es decir, esto tiene un fin, se termina en algún momento, por eso es importante no tener el corazón anestesiado, es importante darnos cuenta cómo estamos viviendo y cómo podemos sacar mejor provecho espiritual para nuestros hermanos, para nosotros mismos, también de los dones que Dios nos ha regalado. Sería invertir bien los regalos que Dios nos ha hecho, los dones, y el don más grande que tenemos es el don de la vida, ese amor tan grande que siente Dios por nosotros, nos ha regalado la existencia. También dentro de esos dones hay una misión para cada uno de nosotros. Nadie, nadie se queda sin esa misión.
El Padre ha pensado en su infinita misericordia una misión, un destino para cada uno de nosotros. Sus Palabras, Su Palabra es estable: «Cielo y tierra pasarán, pero las palabras de Dios no» es lo único permanente. Bueno, en esa firmeza, en esa constancia de la Palabra de Dios es donde nos tenemos que apoyar. Pidámosle entonces al Señor esta semana en este día viernes que nos regale la Gracia de poder alimentarnos siempre de esa Palabra de Dios que tiene la virtud de cuando uno la escucha con el corazón de mostrarnos qué camino tenemos que seguir. Esa Palabra de Dios que nos ayuda a lo primero que decíamos: a darnos cuenta qué quiere Dios para nuestras vidas. Que podamos entonces descubrir la voluntad de Dios mirando los signos de los tiempos, mirando a nuestro alrededor, sobre todo mirando nuestro corazón y cotejándolo con Su Palabra y después de haber hecho esto que podamos ponerla por obra, que no quede solo como un lindo sentimiento o como algo intelectual: “me di cuenta”, no, no, hay que pasar a la acción también.
Te invito entonces en este viernes a que meditemos juntos este evangelio y que lo llevemos a la práctica.