Como se espera una cita que nunca ha faltado,
te esperaré. De rodillas sentado,
paseándome a lo largo de la impaciencia del río…
Por todo el tiempo que Tu amor lo quiera.
Te esperaré, Dios mío, como tu Paz espera!
Más allá del martirio de los hombres, la corona de Dios Y su palabra más allá de las fútiles palabras de los hombres, decisiva. ¡Más allá, la corona viva de su Palabra!
Eres el mar. Son tuyas todas las playas, pero ninguna es la tuya… ¡Oh corazón, glorioso cosmopolita sin hogar ni patria!
Pedro Casaldáliga