Fácilmente las personas confundimos ser con estar. Cada vez que nos preguntan ¿quién sos? Solemos responder: soy estudiante, soy hijo de tal mujer o tal hombre, trabajo en tal parte. Identificamos el ser con el hacer. También es muy común responder: soy tímido, callado, extrovertido, miedoso, quejoso, audaz, ambicioso, perezoso, etc. Aquí damos una característica de nuestro ser que generalmente habla de nuestro estado actual. Lo correcto sería decir: ¡estoy….!
¡Cuánto nos cuesta decir quiénes somos! ¡Cuánto nos cuesta no identificarnos con nuestra situación actual! Nosotros no somos la circunstancia por la que coyunturalmente estamos atravesando. Somos mucho más. Somos lo que algún día seremos de cara a Dios. Esa es nuestra verdad. Dios cuando nos creó nos hizo a imagen y semejanza suya; somos copia y representación de Él. ¿Es poco esto? ¡Para nada!
Claudio García Pintos, psicólogo argentino, parafraseando a Viktor Frankl dice: “El ser humano se conjuga en gerundio, nunca en infinitivo”. O sea, los hombres y las mujeres siempre nos estamos construyendo. No estamos acabados. Pensar así, nos lleva a creer más en Dios, en nosotros y en los demás; nos lleva a creer que nada está perdido y lo que consideramos mal hecho lo podemos remediar.
¿Quién soy? Tarea para contestar.
P. Juan Pablo Roldán, CSsR