En aquel tiempo, Jesús subió a la montaña, llamó a los que quiso, y se fueron con él. A doce los hizo sus compañeros, para enviarlos a predicar, con poder para expulsar demonios: Simón, a quien dio el sobrenombre de Pedro; Santiago el de Zebedeo y su hermano Juan, a quienes dio el sobrenombre de Boanerges -Los Truenos-; Andrés, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago el de Alfeo, Tadeo, Simón el Cananeo y Judas Iscariote, que lo entregó.
Palabra de Dios
P. Gustavo Gatto Asesor de la Pastoral Juvenil de la Diócesis de Villa María
¡Hola queridos amigos y amigas de la Oleada Joven! Hoy nos encontramos con un pasaje del Evangelio de Jesús, muy importante, muy significativo, el llamado de los Doce.
El Señor sube a la montaña, es decir, sube al encuentro con Dios y en ese clima de adoración llama a su lado a los que Él quiere. El llamado de Dios brota del corazón del señor, brota de esta voluntad amorosa suya. El único motivo por el que Dios nos llama, es su querer, no porque nosotros seamos mejores por nuestros meritos, por nuestras capacidades, si no que Él nos llama para que estemos con Él, a su lado, compartiendo la vida. Y así como en este Evangelio aparecen los nombres de los apóstoles, Pedro, Mateo, también ¡que lindo que podamos poner nuestro propio nombre! El Señor nos llama por nuestro nombre, Gustavo, Corina, Milagros, José, Juan y Tu nombre. El Señor quiere que estés a su lado. Eso nos llena de alegría y esa es la invitación, caminar con Él.
¡Que tengas una buena semana!