Evangelio según San Mateo 12,1-8

jueves, 17 de julio de
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Jesús atravesaba unos sembrados y era un día sábado. Como sus discípulos sintieron hambre, comenzaron a arrancar y a comer las espigas.

Al ver esto, los fariseos le dijeron: “Mira que tus discípulos hacen lo que no está permitido en sábado”. Pero él les respondió: “¿No han leído lo que hizo David, cuando él y sus compañeros tuvieron hambre, cómo entró en la Casa de Dios y comieron los panes de la ofrenda, que no les estaba permitido comer ni a él ni a sus compañeros, sino solamente a los sacerdotes? ¿Y no han leído también en la Ley, que los sacerdotes, en el Templo, violan el descanso del sábado, sin incurrir en falta?

Ahora bien, yo les digo que aquí hay alguien más grande que el Templo. Si hubieran comprendido lo que significa: Yo quiero misericordia y no sacrificios, no condenarían a los inocentes. Porque el Hijo del hombre es dueño del sábado“.



Palabra de Dios




 


P. Gustavo Gatto Asesor de la Pastoral Juvenil de la Diócesis de Villa María – Córdoba

 

 

¡Hola queridos amigos y amigas de la Oleada Joven!


Hoy Señor que nos regala otro principio para nuestra vida diciéndonos: “El hijo del hombre es el dueño del Sábado”.


Esta máxima de Jesús nos ayuda a pensar que no hay que anteponer nada al amor de Cristo. Donde esté nuestro tesoro estará nuestro corazón. Cualquier realidad humana, aun la más santa y buena puede convertirse en un ídolo, apropiándonse de un lugar que sólo Dios debe y puede ocupar en nuestro corazón.


Esto significa que el hijo de Dios es dueño del sábado. El sábado era lo más santo para los judíos, para los contemporáneos de Jesús, y la verdad es que nada, ni siquiera lo considerado más santo por nosotros, debe ocupar el lugar de Dios. Nada debe estar por encima de la conciencia y de la libertad para el bien, bien usadas por nosotros.


¡Que tengas una buena semana!

 

 

Oleada Joven