Hoy nos regalas una nueva oportunidad para dialogar contigo. Siempre es hora de renovar nuestra amistad: de profundizarla, de reestrenarla, como si fuera la única vez que nuestros ojos quedan sorprendidos por tu presencia, fascinados por la luz de tu mirada.
Hubo una primera vez… y cada día ¡sigue siendo la primer vez! Porque tú, Jesús, “eres” la novedad de Dios. Tú eres el Hombre Nuevo, la Buena Nueva, la Imagen Perfecta -siempre idéntica pero nunca repetida- del rostro del Padre.
Nuestra vocación última es contemplarte, y escucharte; nuestra única misión es encontrarte y vivir contigo en comunión con todos nuestros hermanos. Si te descubrimos y alimentamos tu amistad, poco a poco nos haremos semejantes a ti y aprenderemos a morir en tu muerte y a resucitar en tu resurrección. Poco a poco seremos cristianos.
Ángel Sanz Arribas, cmf