Señor Jesús, ¿Porqué los pobres aparecen
solo cuando queremos verlos?
Corremos por la vida ciegos, siendo
censores de sufrimientos,
que dependen también de nuestras manos.
Santa Isabel, una reina que bajó de su trono,
y dedicó toda su vida a los pobres y más necesitados.
¡Regálanos, Señor un corazón como el de Isabel!
No se dejó deslumbrar por los brillos
de la mundanidad, sino que se anonadó
ante el corazón del pobre.
Queremos tener un corazón que
aunque aparente fragilidad y pequeñez ,
contenga la riqueza del Evangelio.
Danos corazón de pobre que no
lo enceguezcan los brillos
y bienes sino que se deje seducir por tu corazón.
Queremos ser como Vos y resguardar con
cariño a aquellos que con sonrisas
transparentes responden a nuestra pequeña entrega.
Amén