Si en el camino no te descubro, entonces no he llegado a ningún sitio

martes, 4 de noviembre de
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«Aunque hubiera recorrido todos los caminos, cruzado montañas y valles desde oriente a Occidente, si no he descubierto la libertad de ser yo mismo, no he llegado a ningún sitio.


Aunque hubiera compartido todos mis bienes con gentes de otra lengua y cultura, hecho amistad con peregrinos de mil senderos o compartido albergue con santos y príncipes, si no soy capaz de perdonar mañana a mi vecino, no he llegado a ningún sitio.


Aunque hubiera cargado mi mochila de principio a fin y esperado por cada peregrino necesitado de ánimo, o cedido mi cama a quien llegó después, y regalado mi botellín de agua a cambio de nada, si de regreso a mi casa y mi trabajo no soy capaz de crear fraternidad y poner alegría, paz y unidad, no he llegado a ningún sitio.



Aunque hubiera tenido comida y agua cada día, y disfrutado de techo y ducha todas las noches, o hubiera sido atendido de mis heridas, si no he descubierto en todo ello el amor de Dios, no he llegado a ningún sitio.


Aunque hubiera visto todos los monumentos y contemplado las mejores puestas del sol, aunque hubiera aprendido un saludo en cada idioma, o probado el agua limpia de todas las fuentes, si no he descubierto quién es autor de tanta belleza gratuita y de tanta paz, no he llegado a ningún sitio.


Si a partir de hoy no sigo caminando en tus caminos, buscando y viviendo según lo aprendido, si a partir de hoy no veo en cada persona, amigo o enemigo, un compañero de camino, si a partir de hoy no reconozco a Dios, el Dios de Jesús de Nazaret, como el único Dios de mi vida, no he llegado a ningún sitio.»


FRAY DINO

 

Oleada Joven