¿Pensaste alguna vez que dentro tuyo podría estar el Increíble Hulk? ¿Por qué no arriesgarse a superar los miedos y lanzarse a crecer? ¿Qué es lo peor que podría pasar?
Tim Ferris nos muestra como encontró un final feliz a todos los miedos que no lo dejaban progresar, nos comparte su arte de construir cosas que realmente lo espantan.
Invita a sentirnos excelentes nadadores: “olvídarse del pataleo”, patalear más duro no resuelve el problema, “sumergirse a lo profundo” y “usar movimientos pequeños”; eso nos llevará lejos.
El aprender varios idiomas era otro los desafíos de su vida, y supo buscar la forma creativa para aprender; lo logró luego de varios intentos, fue perseverante y consiguió su objetivos. A menudo lo que haces, y no como lo haces, es lo que se convierte en el factor determinante.
Por último, el baile de salón. Luego de un verdadero papelón en la universidad, no reconoció el temor que le producía el bailar en público hasta que se vió obligado a hacerlo; sin imaginar que estaba despertando un nuevo desafío y una nueva oportunidad para crecer.
El miedo es tu amigo; el miedo es un indicador. Algunas veces nos demuestra lo que no se debería hacer; mas a menudo nos demuestra exactamente lo que deberíamos hacer.
Las capacidades que tienen, aplíquenlas a los viejos temores, aplíquenlas a los grandes sueños.