¡Ay de ti, Corozaín! ¡Ay de ti, Betsaida! Porque si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros realizados entre ustedes, hace tiempo que se habrían convertido, poniéndose cilicio y sentándose sobre ceniza.
Por eso Tiro y Sidón, en el día del Juicio, serán tratadas menos rigurosamente que ustedes.
Y tú, Cafarnaún, ¿acaso crees que serás elevada hasta el cielo? No, serás precipitada hasta el infierno.
El que los escucha a ustedes, me escucha a mí; el que los rechaza a ustedes, me rechaza a mí; y el que me rechaza, rechaza a aquel que me envió”.
Palabra de Dios
P. Gutavo Gatto Asesor de la Pastoral Juvenil de la Diócesis de Villa María
Hola queridos amigos y amigas de Oleada Joven. Hoy la Iglesia nos presenta la figura inmensa, hermosa y siempre vigente de San Francisco de Asís, el pobre de Asís, el que inspiró el nombre de nuestro Papa Francisco.
San Francisco es patrimonio de la humanidad, de él nos separan nueve siglos; lo tenemos que ubicar en el siglo XII pero su vida es tan vigente para nosotros que es un regalo poder celebrarlo en este día. Su programa fue vivir el evangelio sin comentario, sin glosa es decir el evangelio puro.
Francisco de Asís para nosotros, queridos jóvenes, en especial para ustedes que estan armando sus proyecto de vida, inspira poder pensar este proyecto seriamente. Él también tuvo ésta situación de que sus padres le habían programado la vida, era un joven prestigioso, canchero, se le decía “el rey de la juventud” y tenía que ser comerciante.
Estuvo comprometido con lo social y político de su tiempo ya que participó de algunas revueltas populares contra los nobles de su época en su ciudad y se le presentaron opciones en este proyecto de vida: ser caballero, recuerden que era la epoca feudal y dedicarse a la guerra era algo visto como muy bueno en ese tiempo; ser comerciante, su padre tenía una empresa de ventas de telas, de sedas muy finas, de mucho dinero. O seguir la voz interior que le decía “Francisco hay que seguir al amo en lugar del siervo.”
Francisco, a pesar de las muchas presiones que recibía, eligió la voz interior. Esa voz que le decía “Francisco repara mi iglesia”, esa voz que se le presentó en un leproso al que se animó a darle un abrazo, escuchando el evangelio que le decía “Vayan y no lleven nada para el camino que yo me ocuparé de ustedes”. Siguió esa voz interior y así llegó a ser este santo tan grande para la Iglesia.
En su proyecto de vida Francisco se animó a elegir y a seguir la voz de su corazón en la que hablaba Dios. Te invito a que también vos puedas armar tu proyecto de vida siguiendo la voz interior donde Dios nos habla.
¡Que tengas una buena semana!