Evangelio según San Mateo 12, 46-50

miércoles, 20 de noviembre de
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Mientras él aún hablaba a la gente, he aquí su madre y sus hermanos estaban afuera, y le querían hablar.Y le dijo uno: He aquí tu madre y tus hermanos están afuera, y te quieren hablar.


Respondiendo él al que le decía esto, dijo: ¿Quién es mi madre, y quiénes son mis hermanos?


Y extendiendo su mano hacia sus discípulos, dijo: He aquí mi madre y mis hermanos. Porque todo aquel que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos, ése es mi hermano, y hermana, y madre.


Palabra de Dios




Monseñor Santiago Olivera Obispo de la Diócesis de Cruz del Eje


El evangelio que hoy la iglesia nos presenta para meditar y para encarnar, como siempre, el evangelio es para hacerlo vida, para vivir la felicidad la plenitud de nuestra vida cristiana. En este jueves recordamos la presentación de la virgen María en el templo.


Nos pone el evangelio la figura de quien es tu madre, quien es tu hermano. Cuando buscaban a Jesús y le decían “tu madre, hermanos y parientes están afuera y te buscan”; el Señor dice, “quien es mi madre, quien es mi hermano; son aquellos que escuchan la palabra y la practican aquel que hace la voluntad de mi padre”. Podríamos decir que por doble excelencia la virgen es madre, por sangre y también por fidelidad a la palabra. Nuestra relación con Jesús no solo es por estar bautizados, sino también por nuestra fidelidad al evangelio.


Esta palabra es una gran enseñanza, el señor señala a sus discípulos, a los que vivimos la palabra, los que la encarnamos. Es un desafío para todos nosotros vivir esta relación espiritual, íntima con Jesús, cuando vivimos la familia, ser parte de los discípulos de Dios es ser parte de esta familia que escuchamos la palabra y la ponemos en obra, toda la palabra, no alguna parte. Esto es importante que los cristianos entendamos, que estamos llamados a encarnar todo el evangelio, con la exigencia que implica. A veces dejamos como puertas abiertas, o creemos casi inconscientemente que no podemos vivir todo el evangelio, que algunas cosas son imposible, sin embargo el evangelio está llamado para ser vivido todo y por todos.


Pidamos a la virgen María que nos ayude, nos tome de su mano para presentar nuestra vida, nuestras cosas cotidianas, para encarnar la palabra, para ser aquellos discípulos que el Señor señala, que muestra con sus manos, que escuchamos la palabra y la ponemos en práctica. Que Dios nos bendiga.


 

Oleada Joven