Evangelio según San Juan 7,1-2.10.25-30

miércoles, 14 de marzo de
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Jesús recorría la Galilea; no quería transitar por Judea porque los judíos intentaban matarlo. Se acercaba la fiesta judía de las Chozas, Sin embargo, cuando sus hermanos subieron para la fiesta, también él subió, pero en secreto, sin hacerse ver. Algunos de Jerusalén decían: “¿No es este aquel a quien querían matar? ¡Y miren cómo habla abiertamente y nadie le dice nada! ¿Habrán reconocido las autoridades que es verdaderamente el Mesías?

 

Pero nosotros sabemos de dónde es este; en cambio, cuando venga el Mesías, nadie sabrá de dónde es”. Entonces Jesús, que enseñaba en el Templo, exclamó: “¿Así que ustedes me conocen y saben de dónde soy? Sin embargo, yo no vine por mi propia cuenta; pero el que me envió dice la verdad, y ustedes no lo conocen. Yo sí lo conozco, porque vengo de él y es él el que me envió”.

 

Entonces quisieron detenerlo, pero nadie puso las manos sobre él, porque todavía no había llegado su hora.

 

 

Palabra de Dios

 

 

 

 

 


P. Nicolás Retes sacerdote de la Arquidiócesis de Buenos Aires

 

 

 

 

 

En el medio de este tiempo de cuaresma, ya en este viernes cuarto, de este tiempo de penitencia, de conversión queridos jóvenes, la Palabra de Dios nos invita a tomar conciencia de cómo es nuestra relación con el Padre, a través de Jesucristo por supuesto, y este es el gran secreto, el secreto mesiánico: JESÚS VIENE A REVELAR AL PADRE y por lo tanto esto quiere decir que Él es verdadero Hijo de Dios.

Esto le cuesta la vida a Jesús, le cuesta que tenga que morir por cada uno de nosotros, de hecho, lo hace porque Él quiere, lo hace por amor, es una entrega gratuita, lo hace por nuestra salvación.

Pero reconocemos esto, saber que somos hijos de Dios por el bautismo, que tenemos un Dios Padre que nos ama entrañablemente, buscar realmente la propia salvación con la ayuda de Dios y la de nuestros hermanos es lo propio en este tiempo de cuaresma, esto se logra solamente con la conversión, una conversión sincera, una conversión de corazón.

En el medio de todo este proceso de conversión, El Señor nos invita también a conocerlo más al Padre. Jesús siempre nos lleva al Padre y muchas veces es poco lo que podemos decir del padre, intelectualmente, pero a través de nuestro corazón, a través de la fe, día a día, quienes lo seguimos en espíritu y en verdad realmente conocemos algo más, nos acercamos más al misterio porque el rezar, el contemplar en lo profundo de nuestro corazón nos lleva a una unión más íntima y más grande con el Señor.

Pidamos esa Gracia, poder conocer al Padre a través de Jesucristo en este tiempo que nos regala la Iglesia, en este tiempo de salvación y conversión.

 

Oleada Joven